domingo, 1 de mayo de 2011

Elogio de la soledad

Feliz aquel que, apartado de infernales colas, de autobuses atestados y de algunas estúpidas fiestas, escoge la apartada senda de los pocos sabios que en el mundo han sido.

Siempre lo he dicho, y aún a riesgo de pasar por algo ya patológico, que no tengo miedo de estar sola, pero sí a veces de estar acompañada. Lo digo en serio, no me da miedo la soledad, la encuentro dulce y placentera, cuando se compara con la compañía de tanta gente indeseable como puedes encontrarte en el mundo. Tengo amigas a las que no les gusta salir solas, o que siempre van de compras en grupito. A mí no me molesta estar sola, ni me da miedo ya estar sola, por oscura o solitaria que sea la calle por la que he de pasar, por altas que sean las horas de la noche.

En cambio, sí me da mucho miedo estar con alguien y que ese alguien no me quiera, y que el sentimiento sea mutuo, y no me pueda ir. Sí me da miedo no cumplir las expectativas de alguien y que esa persona no pueda ser libre por mi culpa, por la culpa que le pueda producir dejarme. Y al revés, también tengo miedo de sentir culpa y que la culpa me ate, que la pena me impida volar lejos, donde egoístamente mi corazón de niña quiera ir. Y luego está algo aún peor, que son las personas que no te importan para nada, esos seres que te hacen preguntarte por qué existen, y quizá ellos también se pregunten por qué existes tú... Los ves en la parada del bus, en el trabajo, en el tren... Si pudiera, me borraría ahora mismo para ellos, si en mi mundo ellos quedaran borrados para siempre.

Por eso no me da ningún miedo la soledad, Hipocondria.

sábado, 2 de abril de 2011

La loca

Pues había hace un rato, Hipocondria mía, una loca pegando voces en mitad del cruce entre mi calle y la Avenida cercana. Era rubia, y tenía pinta de mochilera "fumada".

-¡Oh, una loca! Una amiga tuya.

Increpaba a los coches para que alguno parase y la recogiera, y por supuesto ninguno lo hacía.

-Bendita locura.

Gritaba "¡taxiiii!" desmelenada, corriendo en diagonal por mitad del cruce. Y claro, el pobre taxista daba un rodeíllo como podía y huía. Incluso pasó un furgón de la Guardia Civil y pasó de ella. Ella pegaba en la chapa de los taxis y se cagaba en sus muertos, ignorando el peligro de estar en mitad de la carretera.

Es gracioso y simpático a veces, el ver la libertad con la que actúan los locos. Ellos se hacen su mundo y sus razones. Para esta, era incomprensible e indignante que los coches no parasen, ni los taxis, ante sus gritos. Y así se lo ha estado explicando muy bien a los polis que han llegado al rato, que, evidentemente, han venido a rescatarla amablemente, ya que los malvados taxistas no, y la han subido en el coche de policía con sus bártulos.

Adónde la han llevado no sé, pero ella seguro que pensaba que a un lugar de personas decentes como ella.

Bueno, yo estaba totalmente dormida con mi gripazo y mis pastis, cuando su voz merdellona me rescató de mis aburridos pensamientos sobre el trabajo. Me asomé a la terraza y allí estaba ella, corriendo y gritando en mitad de la carretera. Qué energía. Qué vitalidad.

Debe ser divertido correr por mitad de la amplia calzada cortando el tráfico. También debe ser divertido gritar a pleno pulmón en una ciudad de noche: "¡HIJO PUTAAAAS!" Anda que no se quedaría una a gusto. Sería genial. Correr, gritar, insultar y parar el tráfico. No se puede, porque la sociedad está siempre vigilando. Pero oh, es una pena.

sábado, 19 de marzo de 2011

Marea alta

Hay luna llena, y ahora en concreto por la influencia de este misterioso satélite, la marea está alta. Lo he oído en las noticias.

-Es un poco misteriosa la relación entre el mar y la luna.

Sí, Hipocondria, sí. Por lo menos para los profanos. Es incluso un poco romántico.

-Pues el mar no ha estado romántico para nada últimamente.

Lo sé. Tú también te has enterado, ¿verdad? Agazapada como estás en mi interior, seguramente te ha llegado el bombardeo constante de lo que ha sucedido.

-¡Totalmente, totalmente! Coincido totalmente con las palabras de Günther Oettinger, esto es el Apocalipsis, Apocalipsiiiiiiiis!...

Creo que la palabra "Apocalipsis" tiene algo que a la gente le encanta. Será porque suena a eucalipto. Ay, Hipocondria. No está bien hacer hipocondría social utilizando la catástrofe sucedida en un país admirable. Es grave, por supuesto. Es muy grave. Pero a veces tengo la sensación de que nos lo cuentan como una película de terror, donde el espectro puede aparecer en cualquier parte...

-¡La radiación puede llegar a EEUU! La radioactividad puede estar en tu pan del desayuno, en el ascensor, en el señor siniestro del bajo izquierda, en tu móvil al contestar llamada, en la manzana roja que te regaló la de la frutería. Puede aparecer debajo de tu manta o quizá ya se metió en tu cuerpo... ¡Ay Dios mío, los microsierverts! ¡Están en mi cuerpo, me muero, me muero!... Yodo, cómprame yodo....

Hipocondria, me avergüenzo de ti. Hay personas que están cerca de la central de Fukushima y están trabajando con esperanza para solucionar el problema, y hay personas que viven o están en refugios a pocos kilómetros y tratan de salir adelante. Y tú aquí gritando como una loca gilipolleces de periódico, a dos océanos de distancia. ¿No te da vergüenza, cabeza de chorlito?

Así que fuiste tú quien habló con el director de "El Mundo", los redactores de "El País", los directivos de Antena 3, TVE1, BBC y la Raiuno, y todavía tuviste tiempo gracias a tu ubicuidad de preparar el discurso del Comisario Europeo de Energía....

-Lo siento. Me dejé llevar.

Mira, pues a ver si te dejas llevar y les firmas un super-cheque a estas personas que ya se les están acabando las medicinas y hace mucho frío allí, sabes?

http://www.cruzroja.es/pls/portal30/portal.donante.donativo http://www.google.com/crisisresponse/japanquake2011.html O envía SMS (no importa el operador) al 28077 con la palabra JAPON (sin acento). El coste del mensaje (1'20€) se dedicará íntegramente a las víctimas del tsunami.

A ver si baja ya la marea, y las aguas vuelven a su cauce.

martes, 1 de marzo de 2011

El sol de marzo: placeres extraños

A veces me inquieta pensar lo poco que sabemos de los demás. Sobre todo porque eso nos impide saber lo raros que somos.

Muchas veces he hablado de mi idilio con la luna. Pero casi más que la luna me pone sensible el sol de marzo. El de hoy, el que me ilumina ahora mismo mientras escribo. Ese sol tímido que parece consolarme con sus promesas de primavera. No sé si hay algo que me guste tanto como sentir su calidez en el pelo, recibirlo en el silencio de la tarde. No estoy haciendo poesía. Es el sol, que hace poesía con mi corazón.

Odio el invierno. No puedo evitarlo, es como una cárcel mohosa. Estoy deseando que venga alguien a abrir los candados para poder ver la luz. Y cuando veo el primer rayito de sol colarse por mi ventana, me alegro y veo abrirse el mundo ante mí. No sólo las flores, sino también el cielo azul, el tiempo se hace largo... Parece que me anuncian que por fin puedo vivir. Todavía falta tiempo para la primavera pero sólo con pensar en ella, sólo con pensar en los días cálidos y amables que preceden al verano, me siento feliz.

A veces, me siento sola. No hay palabras con las que pueda expresar esto. ¿Me sucede sólo a mí? Pienso que cada persona tiene su pequeña lista de placeres extraños, aparte de los majaras como yo. Seguramente hay miles de sensaciones nunca narradas por sus dueños, paraísos perdidos en la distancia que nos separa. Nunca sabré si sientes como yo el sol de marzo.


Aquí un ejemplo sonoro de cómo se siente el sol de marzo. Ritsuko Okazaki tenía una voz muy dulce.

viernes, 4 de febrero de 2011

El valor de las cosas

Hace tiempo, no se me olvida, escuché una mañana cualquiera a un conductor de autobuses decirle al "copiloto" de turno (esos abuelos o parados que les dan conversación) que tal y como estaba la cosa, no podía quejarse. "Voy a tener que presentarme y, antes de decir mi nombre, decir: Soy conductor de la EMT, hola qué tal. Porque es que vale más el trabajo que yo, hombre, tal y como está la cosa, vale más el trabajo que yo..." No he podido olvidar esas palabras. Es muy fuerte, que tu trabajo valga más que tú.

Pero me impresionó tanto porque quizá sé que terriblemente, incluso puede llegar a ser verdad. Yo me creía que yo era yo, esta persona con el nombre que me pusieron mis padres. Vivía con la creencia imbécil de que era alguien. Me creía guay o inteligente, yo que sé. Tenía ideas. Tontas, pertenecientes a mis mundos de yupi, pero mías, sinceras. Ideas que nacieron o se hicieron conmigo, en lo más tierno y entrañable de mi egoísmo infantil. Qué boba.

Pues resulta que tanto tienes, tanto vales. Resulta que tengo un trabajo, que aún no es mío y ya se ha revelado en todo su poder. Él es respetable, interesante desde fuera, socialmente aceptado, y tiene billetes, no muchos pero sí suficientes. Yo soy tonta, callada, seria, tímida, soñadora, y no tengo ni un duro. Por lo tanto, él gana. Él gana siempre. Cuando la timidez aflora, sólo tiene que pasarme por la cara un imaginario billete de 20€ para obligarme a hacer cualquier cosa. Deseo siempre apuñalarlo por la espalda y respiro cuando lo pierdo de vista. Pero aunque lo odie, es todo lo que tengo. Porque yo ya no soy yo. Lo odio profundamente pero vale más que yo. Es como si fuera mi señor.

Como él es mi señor, importa poco lo que yo pueda pensar.

-¿Tiene eso algo que ver con tu aislamiento social últimamente?

Hipocondria, déjame sola. No tengo nada que decirle a nadie, ni siquiera a ti.

-Es aburrido... Posiblemente ahora sabes la razón por la que el amigo de Konata se perdió en la mazmorra...

Puede ser. No tiene sentido estar con personas si tú no eres una persona. Oh, pero créeme, algún día le haré pagar a ese cerdo lo que me está haciendo. Se lo quitaré todo. Me vengaré, me vengaré. Lo juro.


domingo, 30 de enero de 2011

Domingo

No me gustan los domingos, porque después viene el lunes. Mi día favorito es el sábado. Además, sábado en inglés se dice "Saturday", y supongo que significa "día de Saturno". Saturno es el planeta regente de Capricornio. Esto es una idiotez a lo mejor pero yo veo que todo conduce a que el sábado, mi adorado sábado, es mi día.

Pero bueno, hoy es domingo ¬¬ El tiempo inexorable se llevó mi amado sábado una vez más.

De este tiempo que no he escrito nada, hay cosas que contar. Aunque claro, quizá ninguna sea interesante... Trabajé, fui de acá para allá, di tropecientas mil clases de conducir sin conseguir sacarme el carné, gané el tercer premio de un concurso lolita y oh, se me olvidaba, antes de Navidad fui a Madrid al Expocomic con mis amigos... Y después de todo esto me aislé, y a continuación, me aislé aún más. Y es que no me tocó la lotería, ni encontré la puerta dimensional a un mundo donde por fin sea primavera. Total, que para mí es como si no hubiera pasado casi nada relevante.

Quizá lo más guay es que he visto la segunda temporada de K-ON. Yo también, como Azu-nyan, me sentiría afortunada de formar parte de un club así. Pero hace mucho tiempo que no tengo la sensación de estar en el lugar correcto, en un lugar para mí. Quizá porque hace mucho tiempo que no creo en nada. Y cuando Azu-nyan estaba entre sus "senpais", me ponía en su lugar y me sentía feliz como ella. Sería genial tener algo guay que crear junto a personas que son tus amigos, formar todos parte de algo divertido y saber que puedes hacer algo y que no tienes que tener miedo porque no estás sola. Algo que sólo tú puedas hacer, y que hagas bien.

Para no hablar de más rollazos, pongo este ending que me gusta bastante.