viernes, 28 de diciembre de 2012

Orgullo

Te he envidiado muchas veces, a ti y a todos los demás.

Pero hoy al despertar, he pensado que eres tú, que son los otros los que no saben nada. El mundo gira rápido, grande y extraño. En cambio en el borde de mis sábanas el tiempo se ha parado. Se ha parado porque no era mi ritmo, y al no poder seguirlo, me he quedado atrás. Ya no sé muy bien qué es ese alboroto de la calle. Pero es que a la calle yo no le importo. Los que pasan al otro lado de mi ventana no han visto nunca este cuarto, que es gran parte de la historia de mi vida. Son ellos los que no tienen ni idea de nada.

Pues no conocen la intimidad de este silencio,  este roce del murmullo en la garganta, el significado de esa hoja sucia entre los papeles. No han visto jamás el rayo de sol que cada mañana desde que tengo uso de razón sube por esa puerta, y desconocen absolutamente a qué saben las mañanas como esta. Y por supuesto no recuerdan el día radiante que quedó atrapado en una canción, ni saben del camino de las lágrimas. No han podido siquiera imaginar todo lo que existe, están como ciegos a la belleza que hay en las flores, y no pueden encontrar la puerta a este lugar donde me encuentro. ¿No son mis pensamientos y sentimientos más valiosos que todo ese maldito mundo lleno de gente que no entiende? Pues nadie más que yo y sólo yo los tengo, y el dolor y el amor andan enterrados en lo más profundo de mi pecho.

Sería genial poder pensar así y sentirme superior al resto de la gente como tú. Pero creo que he madurado y ya no puedo pensar como los niños que soy el centro del mundo. He aprendido  ¿por desgracia? que sólo soy un hilo del tapiz, y que cualquier  cosa que yo piense o sienta ya ha sido pensada y sentida y magnificada. Me siento un poco miserable por ello. Aunque por hoy, voy a pensar de la otra manera, en un intento de sentir orgullo otra vez.

sábado, 3 de noviembre de 2012

La nave de Pi-piu 3ª Parte

Querida Hipocondria, queridos todos:

Es sábado por la tarde, ha dejado de llover por un rato y la calle parece estar animada. Sin embargo, he decidido pasar la tarde aquí . Afuera está oscureciendo; en mi cuarto la luz está encendida y el ordenador me hace compañía.

- En otras palabras: te regocijas en alimentar tu síndrome de hikikomori.

Bien, Hipocondria, llámalo como quieras. Pero hay algo de placer en dejar que el mundo siga rodando alrededor, sea el día que sea, y tú vayas por libre, como en un mundo propio. Afuera, hay autobuses llenos de gente, centros comerciales populosos, Mc Donald's con largas colas y cines que esperan a llenar o medio llenar sus salas. Aquí estoy yo. Mejor dicho, tú y yo.

- Oh, a mí me encanta hacerte compañía.

Desde la nave de Pi-piu el mundo se ve pequeño, como de juguete. Es como cuando era una niña y veía la ciudad, las tiendas, la gente, y luego los reproducía en mi cuarto con mis muñecas. Aquí mis muñecas son mi imaginación. Yo tengo todo ese mundo que está ahí afuera, pero es sólo que él no sabe que existo.

-Me parece que necesitas más amigos.

No, si los tengo. Es sólo que esta tarde he elegido aislarme del mundo.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Octubre otra vez

Hola. He vuelto.

Dentro de nada será octubre. Ha llegado esa época del año que me da repelús. Sin embargo, el otoño tiene sus cosas bonitas, lo sé. En tiempos, me encantaba.

Hoy he decidido pasarme por aquí a pesar de que me duelen tela los ojos de tanta pantalla. Anoche no podía dormir bien y de pronto me acordé de este blog. Me acordé de Hipocondria. Hace tiempo que no vive conmigo, aunque a veces viene a visitarme.

-Estoy aquí, eh...

Hola Hipocondria, ¿qué tal?

-Ay, muy mal. Este tiempo me da depresión y dolor de cabeza.

Oh sí, han vuelto las lluvias. El olor a tierra mojada es agradable, y los árboles se ven muy verdes.

-Kiá. Lo que es es un muermo...

La gente está más calladita y anochece pronto. Eso da ganas de comer y de dormir.

-Todo va para tus reservas de grasa, es decir, tu culo...

Sí, Hipocondria. No voy a pretender que me encanta esta época pero también hay que mirar el lado positivo y bonito. Si no lo hacemos, estamos perdidos. Si el tiempo que tenemos que estar en esta vida nos lo amargamos con pensamientos lúgubres, ¿quién podrá ayudarnos? ¿Por qué no nos endulzamos la vida con algún pensamiento bonito y reconfortante cada día? Así, aunque estuviéramos en mitad de un infierno, habría algo a lo que agarrarse para seguir caminando. Quizá entonces la vida real se haría más pequeña, y nuestros deseos y sueños se harían más grandes que la realidad. Huir, huir. Huir como el viento de otoño, correr como la lluvia, ser ligero como una nube. Sería más fácil si pensáramos así. Aunque no podamos hacer esas cosas, soñar es una segunda realidad.

-Huyamos, huyamos.

miércoles, 11 de abril de 2012

Chogals giveaway

http://chogals-dream.blogspot.com.es/2012/03/chogals-give-away.html

miércoles, 4 de enero de 2012

2011 (aviso: entrada egoísta, leer bajo responsabilidad) y 2012

No hay mucho que pueda decir después de tanto tiempo - aunque no creo que lo lea casi nadie - sobre este 2011. Él ha sido un mojón y yo una cabrona con el mundo y con la gente. Si alguien cree que me merezco mi soledad en estos momentos lleva toda la razón: para muestra un botón, mira el último post. Dije cosas desagradables a personas amables, amigos de mucho tiempo; o aún peor: no dije nada. Estuve en silencio, en silencio, en mi "amado silencio". Pido perdón, no lo hice con mala fe ni por odio a nadie. Sencillamente estaba enfadada y sigo estándolo, ahora aún más, pero conmigo misma. No tiene sentido enfadarse con nadie más que conmigo misma, porque el mundo y Dios siempre han sido así y lo demuestran más que nunca. Y como estoy enfadada y triste, y no puedo huir de mí misma ni romper espejos ni otras manifestaciones de ira, huyo de vosotros. Pero no es porque me hayais hecho nada. Mordiendo mis heridas, como el bebé al que le están saliendo los dientes, me aguantaré y berrearé por dentro en este nuevo 2012. Seguramente la sonrisa desinteresada y pura de alguien me hará sentir bien en algunos momentos, y será como un pequeño bastón para seguir arrastrándome por los días. Me gustaría poder sonreír así pero lo perdí en alguna parte y no sé dónde... Os pido perdón a todos los que os he fallado, incluído mi padre que ya no está en este mundo. Os pido perdón por no sonreír, por no contestar al teléfono. Y os doy las gracias por cuando me abrazasteis en silencio y me disteis la mano. Eso es lo único bonito y feliz que recuerdo de 2011 y la única cosa que se me ocurre desear para 2012. Esta rabia parece desaparecer en esos momentos. Pensándolo bien, más que romper farolas y edificios, me calmaría que alguien me abrazara muy fuerte muy fuerte, y poder llorar tanto y tan fuerte que todos los lloricas del mundo se quedaran pequeños, y en ese instante, lo mejor sería quizá morirme, porque claro, llorar no solucionará nada.