sábado, 29 de septiembre de 2012

Octubre otra vez

Hola. He vuelto.

Dentro de nada será octubre. Ha llegado esa época del año que me da repelús. Sin embargo, el otoño tiene sus cosas bonitas, lo sé. En tiempos, me encantaba.

Hoy he decidido pasarme por aquí a pesar de que me duelen tela los ojos de tanta pantalla. Anoche no podía dormir bien y de pronto me acordé de este blog. Me acordé de Hipocondria. Hace tiempo que no vive conmigo, aunque a veces viene a visitarme.

-Estoy aquí, eh...

Hola Hipocondria, ¿qué tal?

-Ay, muy mal. Este tiempo me da depresión y dolor de cabeza.

Oh sí, han vuelto las lluvias. El olor a tierra mojada es agradable, y los árboles se ven muy verdes.

-Kiá. Lo que es es un muermo...

La gente está más calladita y anochece pronto. Eso da ganas de comer y de dormir.

-Todo va para tus reservas de grasa, es decir, tu culo...

Sí, Hipocondria. No voy a pretender que me encanta esta época pero también hay que mirar el lado positivo y bonito. Si no lo hacemos, estamos perdidos. Si el tiempo que tenemos que estar en esta vida nos lo amargamos con pensamientos lúgubres, ¿quién podrá ayudarnos? ¿Por qué no nos endulzamos la vida con algún pensamiento bonito y reconfortante cada día? Así, aunque estuviéramos en mitad de un infierno, habría algo a lo que agarrarse para seguir caminando. Quizá entonces la vida real se haría más pequeña, y nuestros deseos y sueños se harían más grandes que la realidad. Huir, huir. Huir como el viento de otoño, correr como la lluvia, ser ligero como una nube. Sería más fácil si pensáramos así. Aunque no podamos hacer esas cosas, soñar es una segunda realidad.

-Huyamos, huyamos.