jueves, 31 de enero de 2013

San Valentín

¿Cuál es el regalo más bonito que os han hecho por San Valentín?

No es que yo haya recibido muchos regalos de San Valentín, sólo un par de veces. Pero la verdad, aquella vez fue la vez. Quiero decir, cualquier amigo puede hacerte un regalo, alguien que te aprecia puede darte un regalo el día de San Valentín para tener un bonito detalle contigo y hacerte saber que le importas. Pero es diferente cuando el regalo te deja sin habla.

No fue nada caro; sólo era una postal. Una de esas que se hacen en serie y cuyo mensaje azucarado nadie se tomaría en serio. Claro que, estaba bien elegida para mí en aquel momento. En ella, salía un dibujito chibi de Link, el héroe del Zelda, con un corazón incompleto -si habéis jugado lo entendéis- y un simple mensaje: "Tú eres la pieza que me falta".

A lo largo de mi vida me han regalado muchas cosas. Pero aquella fue la que más ilusión me hizo. ¿Por qué? Oh, porque me gustaba (pensad el significado de este verbo en la forma que queráis) la persona de la que venía. Fue totalmente inesperado y enseguida me apresuré a pensar: "No te equivoques, sólo es el regalo de un amigo"... Pero qué duda cabe de que me hubiera gustado ser  una yo diferente y que aquel regalo no fuese un regalo de amigo. Sí, yo puedo negarlo y en ese instante pude hacerme la loca otra vez y esconderme detrás de infinitas puertas de miedo y cobardía; puedo, con la lógica en la mano y el corazón puesto en la balanza, decir que ni siquiera podemos entendernos y que nos separa todo lo que separa el blanco del negro. Puedo explicar por qué era y es imposible, igual que por qué siempre elijo hacer las cosas que no quiero hacer y rechazo hacer aquellas que sueño en lo más profundo. Puedo, y de hecho lo hago, vivir indolentemente mi vida y malgastar escandalosamente mi juventud en ser una autómata sin sentimientos. Pero no puedo negar, y no quiero hacerlo hoy, que aquel regalo hizo que mi corazón se agitara de repente.

¿Era muy descabellado pensar que aquel regalo no era un simple detallito?  Por supuesto. Era una idea tan loca como querer saltar el Cañón del Colorado. Por primera vez en mi vida algo no aburrido, algo que me causaba curiosidad y más cosas, estaba ante mí. Me daba mucho miedo.  Todo esto pasó en mi cabeza durante 3 segundos, o quizá por el shock fue más, antes de que pudiera responder algún agradecimiento casual y tres o cuatro palabras tontas sin importancia... Pero en realidad en aquel silencio estaba el regalo más bonito de San Valentín que me han hecho -¿y que me harán?- en mi vida. Durante unos cuantos segundos, pude experimentar aquel sentimiento.

¿Cuál es el regalo más bonito que os han hecho por San Valentín?

No hay comentarios:

Publicar un comentario