sábado, 13 de abril de 2013

Knocked out

Hipocondria, amor, el mundo es un lugar la mar de extraño...

-¿Qué te ha pasado esta vez? Jijiji.

¿Te ha ocurrido alguna vez eso de recoger tus pedazos, llenarte de ánimos y tomar impulso para mejorar y de repente ver a alguien pasando por tu lado superando incluso tus mejores sueños?

-Hmmm... una vez al de la consulta de al lado le recetaron Trankimazin level 99, ¿te acuerdas? Y tú ya ni siquiera te tomabas ni la pasti aquella tan pequeña que nos mandaron...

Calla, calla, no recuerdes esos tiempos ominosos... Yo me refiero a lo que me pasó la otra mañana.

-Ah sí, la otra mañana.

Lucía el sol. Yo había estado mala de la garganta, con el pie fastidiado y una extraña alergia minando mi piel.

 - Qué gran combo.

 ...Además de problemas de dinero y ralladas mentales de todas clases y colores, de modo que había pasado muchos días sin ganas de arreglarme lo más mínimo, pero aquella mañana la primavera sonreía y yo me sentí con fuerzas de salir a la calle. No importaban mis gafotas, mis ronchas en retirada, mi chándal de andar por casa... porque aquella mañana estaba de nuevo en pie, porque sentía que no importaba perder sino no darse por vencido... Un día así te dices a ti mismo "ja, si creías que habías acabado conmigo, mundo, aún tengo que dar mucha guerra". Pensé que mi asquerosa piel se arreglaría, que mi cara de zombie enfermita se iba a ir pronto, que empezando desde el día siguiente iba a intentar peinarme mona de nuevo y a ponerme las lentillas...

-Y entonces pasó ella.

Ella. Oh, ella... No he visto nunca en abril una piel más dorada. No he visto nunca jamás un pelo rubio platino tan brillante que el sol parecía estar todo en él -ni en una sueca-, ni un escalado tan liso y perfecto que el viento en lugar de despeinarlo resbalaba por él como una caricia (¡tenía que ser magia!). ¿Su edad? No lo sé, pero como mucho 15 años. Una cintura perfecta, una figura altiva, una perfecta combinación de los colores pastel que colgó antesdeayer el Bershka en sus perchas. Sí, esos sacos horteras que a nadie le quedan bien, excepto a ella, que los lleva como si fueran la cosa más cool y más elegante del mundo. No pude ver bien su cara pero intuí que era muy bella. Y aunque no llevaba perfume, la calle se quedó impregnada de su esencia. Los chavales miraban. Yo tampoco pude apartar mis ojos de su melena rubia. Yo estaba... alucinando...

-Cualquiera diría que te enamoraste. Vamos, vamos, su pelo era de bote, lo sabes, ella era una chica gitana que seguramente tendría el pelo más oscuro que el tuyo. Sus cejas estaban bien depiladas, su maquillaje...

Calla, Hipocondria, no sigas. Fue peor que eso. Ella me aplastó y yo sentí su pie sobre mi cabeza. Yo sentí que era un coche cuatrolatas cascado y que ella, un deslumbrante Ferrari pasó rugiendo, casi irreal y fantástico, y me adelantó sin piedad a toda velocidad por mi izquierda.

-Pobrecita.

¿Qué podemos hacer los mediocres cuando gente así existe?



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